(Martes 15/12/2020).- Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que es considerada la más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de esta epidemia que no entendÃa de fronteras ni de clases sociales.
Aunque algunos investigadores afirman que empezó en Francia en 1916 o en China en 1917, muchos estudios sitúan los primeros casos en la base militar de Fort Riley (EE.UU.) el 4 de marzo de 1918.
Tras registrarse los primeros casos en Europa la gripe pasó a España. Un paÃs neutral en la I Guerra Mundial que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias a diferencia de los otros paÃses centrados en el conflicto bélico.
Ser el único paÃs que se hizo eco del problema provocó que la epidemia se conociese como la Gripe Española. Y a pesar de no ser el epicentro, España fue uno de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas fallecidas.
La censura y la falta de recursos evitaron investigar el foco letal del virus. Ahora sabemos que fue causado por un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1. A diferencia de otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus vÃctimas fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años, una franja de edad que probablemente no estuvo expuesta al virus durante su niñez y no contaba con inmunidad natural.
Fiebre elevada, dolor de oÃdos, cansancio corporal, diarreas y vómitos ocasionales eran los sÃntomas propios de esta enfermedad. La mayorÃa de las personas que fallecieron durante la pandemia sucumbieron a una neumonÃa bacteriana secundaria, ya que no habÃa antibióticos disponibles.
Sin embargo, un grupo murió rápidamente después de la aparición de los primeros sÃntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema pulmonar, y con frecuencia en menos de cinco dÃas.
En los cientos de autopsias realizadas en el año 1918 los hallazgos patológicos primarios se limitaban al árbol respiratorio por lo que los resultados se centraban en la insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus.
Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios. Por aquel entonces se harÃa popular la máscara de tela y gasa con las que la población se sentÃa más tranquila, aunque fueran del todo inútiles.
En el verano de 1920 el virus desapareció tal y como habÃa llegado.
Los periódicos españoles fueron los primeros en informar sobre una enfermedad que estaba matando a la población. En el resto de Europa, y a ambos lados de las lÃneas aliadas, censuraron toda información para no desmoralizar a las tropas ni mostrar debilidad ante el enemigo. Con lo cual, sólo se convirtió en noticia en los paÃses neutrales.
En un primer momento los medios de España intentaron también darle nombre extranjero bautizándola como ‘El soldado de Nápoles’ o ‘La enfermedad de moda’. Tras informar el corresponsal del The Times en Madrid, el termino de ‘La Gripe Española’ se extenderÃa por el resto del mundo a partir del verano de 1918.
Fuente: Gaceta Médica