Apurímac 19/05/2025.- En las próximas horas se vencerá el plazo para que las 45 niñas y religiosas de la casa hogar "María Reyna Misionera" de Curahuasi abandonen las instalaciones que ocupaban hace más de 40 años y se reubiquen en un nuevo lugar.
El pasado viernes 16 de mayo, un contingente policial, acompañado del juez Mijail Rocha Condori que autorizó el desalojo, el propietario del predio de 400 m2, identificado como José Pinto junto a un grupo de personas contratadas con combos y picos comenzaron a tumbar las paredes de adobe a pesar que las menores se encontraban en su interior.
Esta actitud matonesca provocó la rápida reacción de la población que de inmediato se dirigió hasta el lugar para impedir que se continúe con el desalojo, llegando incluso a los insultos y enfrentándose a los policías que lanzaron dos bombas lacrimógenas para contener a indignados pobladores.
Durante los tensos momentos que se vivió, escolares de la institución educativa PAMIR aledaña al predio en disputa fueron afectadas por los gases lacrimógenos que se esparcieron hasta las aulas cuando se dictaban clases.
A raíz de esta situación y más pobladores se sumaban al rechazo, el juez decidió suspender la diligencia indicando que a partir del lunes debía cumplirse con el mandato de desalojo.
Cabe precisar, la casa hogar que alberga a niñas procedentes de diferentes comunidades rurales en situación de vulnerabilidad es administrada por las hermanas de la parroquia de Santa Catalina de Alejandría adscrita a la Diócesis de Abancay.
Trascendió, por los mismos vecinos, que el exalcalde de Curahuasi, Guillermo Vergara, (hoy prófugo de la justicia) habría facilitado documentos claves a su sobrino José Pinto para adjudicarse esta propiedad a su nombre, la misma que no fue debidamente inscrita por las hermanas de la congregación que en ese entonces adquirieron el predio. (P.P.D)
