(Viernes 11/02/2022).- El último viernes 4 de febrero, una avioneta sufrió un desperfecto y cayó cerca del Aeródromo de Nazca, en Majoro, en la región de Ica. Dentro del avión habÃa una joven pareja de enamorados chilenos, quienes fallecieron al instante.
Se conoció que era el primer viaje de las vÃctimas, identificadas como Jorge Mandiola y Camila Quiñones. Ellos tenÃan dos años de relación y entre sus planes estaba conocer Machu Picchu para luego dirigirse a Bolivia.
No obstante, sus sueños y metas se vieron truncados por el accidente aéreo de la avioneta que pertenecerÃa a la empresa turÃstica Aero Santos. Al igual que ellos, otras cinco personas también murieron tras el fuerte impacto.
Sobre lo sucedido el último viernes, el mejor amigo del joven de 26 años reveló que el viaje a Lima estaba planificado para el 2020, pero no se produjo por las medidas restrictivas de la COVID-19, por lo que lo postergaron para este año.
Asimismo, contó que nadie sabÃa que ambos iban a volar tras arribar en la capital limeña. “TenÃan estipulado moverse solo por vÃa terrestreâ€, detalló Facundo Troncoso a Mega Noticias.
“Debieron pensar que, si se lo ofrecen a todos (el viaje a las lÃneas de Nazca), esto es seguro, pero uno nunca sabe con estas empresas y cómo pueden funcionarâ€, añadió para el medio de comunicación mencionado.
Por otro lado, los allegados a la estudiante de 25 años también están consternados por los hechos y revelaron que sus familiares están juntando dinero para viajar a Lima y recoger los restos de ambos.
“Era un hombre que tenÃa la clave de la vida. Era muy genial en todo sentido y quizá por eso no está en este mundo. Es la mejor persona que he conocido y recordaré por siempre que fuera un amante de la vida y las aventurasâ€, recordó Bastián Alarcón, otro amigo de la época escolar de Jorge.
Entre las vÃctimas mortales también están el piloto y copiloto de la aeronave. De acuerdo a las primeras investigaciones, el avión cayó momentos después del despegue. Esto ocurrió alrededor de las 12.00 p. m. del 4 de febrero.
Fuente: La República