Apurímac, 20 noviembre 2025.- En el distrito de Yarabamba (Arequipa) un proyecto municipal de adoquinado de una vía carrozable destinado a mejorar la ruta hacia las cataratas de Sogay, está generando una grave afectación.
La obra, que avanza con maquinaria pesada, está causando un daño irreversible en el sector de Alto San Antonio, una zona arqueológica oficialmente inventariada que alberga un invaluable legado prehispánico.
En Alto San Antonio cuenta con un registro de numerosos petroglifos ancestrales que datan de hasta hace 5 mil años de antigüedad, todos documentados. Sin embargo, la expansión vial está desplazando grandes piedras y ha puesto al borde del colapso a varios de estos grabados rupestres, cuya estabilidad se ve socavada por las excavaciones en su base para retirar tierra para las obras de adoquinado. Posteriormente, las piedras son arrinconadas, entre las cuales podrían estar grabados rupestres.
La magnitud de la afectación es aún mayor. Las obras no se limitan a la vía, ya que habría causado la destrucción de andenes prehispánicos, alterando para siempre la configuración histórica del paisaje. Esta depredación no es un hecho aislado. Imágenes satelitales comparativas revelan cómo el cerro adyacente ha sido intensamente mermado durante el último año para extraer material de construcción.
Una de las prácticas más cuestionables es el ocultamiento de las señales de protección. El Ministerio de Cultura había instalado muros y señaléticas para demarcar y alertar sobre la zona arqueológica. Sin embargo, estos han sido sistemáticamente tapados con publicidad, con una clara intención, eliminar cualquier advertencia visible sobre la zona intangible.
El problema de la desprotección se extiende más allá de Alto San Antonio. Sectores aledaños, también declarados intangibles, como los hitos de delimitación han sufrido el mismo destino. Se cubrieron con avisos publicitarios para facilitar el avance de construcciones informales.
Llama la atención que Yarabamba, uno de los distritos con mayor presupuesto en el país, gracias al canon minero, no tenga un plan de preservación para estas zonas intangibles, que incluso sea dañada por obras ediles.
Valor de petroglifos en Arequipa
En las laderas de Alto San Antonio, en el distrito de Yarabamba, se custodia un testimonio silencioso de las primeras sociedades humanas de la región. Se trata de un conjunto de petroglifos que, según los estudios del reconocido arqueólogo arequipeño Eloy Linares Málaga, poseen una antigüedad aproximada de 5 mil años A.C. Este arte rupestre, grabado en la roca por grupos trashumantes, transforma a la zona en un sitio de invaluable importancia arqueológica.
Las piedras de San Antonio narran, a través de sus grabados, la vida y el entorno de sus creadores. Los motivos representados son diversos e incluyen figuras antropomorfas, zoomorfas y complejos diseños geométricos con líneas ondulantes. Estas escenas, que posiblemente relatan actividades de caza, no son creaciones aisladas. Forman parte de un paisaje cultural más amplio que se extiende por Sogay y otros sectores de Yarabamba.
El valor del sitio se ve reforzado por los hallazgos asociados en el área. Junto a los petroglifos, se han descubierto materiales líticos trabajados, como puntas de proyectil, raspadoras, raederas y una abundancia de morteros.
Estos artefactos confirman que la zona fue un campamento base donde estos antiguos pobladores procesaban sus recursos. Además, fabricaban las herramientas necesarias para su supervivencia.
Daño irreparable
Lamentablemente, este archivo pétreo de la prehistoria arequipeña se encuentra en un estado crítico de conservación. A la depredación histórica, donde algunos petroglifos se destruyeron para dar paso a construcciones y la fragmentación de piedras por visitantes, se suma ahora una amenaza moderna.
Son las obras de adoquinado que, con maquinaria pesada, están desplazando rocas y socavando la base de estos frágiles vestigios, poniéndolos en riesgo inminente de colapso.
Fuente: El Búho