ApurÃmac.- Miles de birretes que pronto volarán y el tradicional nerviosismo en el aire entre los que pronto serán graduados. Pero entre el monolito de togas azul marino y doradas, los colores de la Universidad de California en Berkeley, se añaden este año el rojo, verde y negro de banderas y pañuelos palestinos y cánticos de protesta hasta el punto que nadie oye a los oradores del escenario.
Malak Afaneh se presenta a este diario como orgullosa hija de inmigrantes palestinos y "una de las disruptoras de la protestaâ€. Es la copresidenta de la Facultad de Derecho de Berkeley por la Justicia en Palestina y en lugar de un vestido largo de fiesta, viste una camiseta blanca con letras negras en la que se lee "Desinversión", la que piden a su universidad que aplique sobre el Estado israelÃ. Pancartas y carteles repetÃan este sábado el eslogan entre el público.
Este ha sido el último gran escenario para las protestas que se iniciaron en la Universidad de Columbia, una de las muchas que ha decidido cancelar su graduación masiva alegando razones de seguridad.
"La Universidad de Berkeley es cómplice de lucrarse con el genocidio del pueblo palestino, como demuestran sus contratos con empresas fabricantes de armas que producen las mismas bombas de diámetro y aviones de combate que masacran a los palestinos", explica Afaneh a EL PERIÓDICO.
La universidad pública de California se ha beneficiado de un total de 2.422 subvenciones israelÃes para investigación militar, de contratistas militares y del Departamento de Defensa entre 2015 y 2022, según una lista elaborada por los propios estudiantes utilizando sus bases de datos internas. Estas partidas han llegado a las 10 sedes de la universidad, entre ellas la de Los Ãngeles, UCLA, donde los estudiantes fueron brutalmente desalojados por la policÃa en las últimas semanas.
Exalumnos retienen donaciones
Más de 12.000 exalumnos han anunciado que retendrán sus donaciones hasta que se den por terminados los vÃnculos con instituciones públicas israelÃes. Este movimiento pone a la universidad en una posición comprometida, ya que depende de donaciones, muchas de las cuales provienen de exalumnos brillantes que se convierten en adinerados filántropos.
En el gran campo de fútbol americano de la universidad, contemplaban el espectáculo unos 63.000 asistentes, principalmente padres, algunos que también son donantes de la universidad. Otros, han pedido préstamos del tamaño de una hipoteca para pagar cuatro años de carrera. La celebración, que parecÃa en peligro de cancelación, ha tenido lugar en mitad de manifestaciones sin precedentes por los vÃnculos que EEUU y sus universidades mantienen con Israel.
"Los estudiantes protestan contra el silencio, la complicidad y la negativa de los dirigentes universitarios a desinvertir en la economÃa israelÃ", explica a EL PERIÓDICO Hatem Bazian, profesor de estudios étnicos en Berkeley. "Estamos siendo testigos del rechazo de la actual generación estudiantil a ser silenciada", añade.
Los de Berkeley han sido los más notorios pero no los únicos actos de protesta. En la Virginia Commonwealth University, un grupo de graduados abandonaron el acto durante el discurso del gobernador Glenn Youngkin y en la Universidad de Wisconsin, los protestantes dieron la espalda a su rectora mientras hablaba. La privada Universidad del Sur de California, por su parte, canceló la graduación de unos 18.000 estudiantes.
Fuente: El Periódico