(Miércoles 25/01/2023).- La situación en Madre de Dios es crÃtica al cabo de 20 dÃas de iniciados los bloqueos de carreteras. La región se halla aislada pues el acceso y salidas hacia el Cusco y Puno están cerrados por piquetes de mineros ilegales que se han sumado a las protestas que iniciaron los gremios locales que exigen el adelanto de elecciones generales.
Solo la vÃa que los comunica con Brasil es abierta por algunas horas.
De acuerdo con el exgobernador Jefferson Gonzales, los alimentos están escasos y los que ingresan por vÃas alternas llegan a los hogares a precios muy altos. Un ejemplo es lo que pasa con el balón de gas que esta semana se elevó a S/300, dijo.
Lo mismo ocurre con la gasolina de 84 y 90 octanos que cuesta 60 soles el galón, cuando su precio era de S/15.
MADRE DE DIOS DESABASTECIDA
Los mercados en Puerto Maldonado, capital de la región, están desabastecidos y los productos que hacen llegar los propios mineros, tienen precios que no están al alcance de las mayorÃas, señala Gonzales.
La exautoridad regional pide el apoyo del Gobierno y la mediación de otras autoridades para abrir las vÃas y abastecer de alimentos a Puerto Maldonado y otras provincias que sufren el efecto de los bloqueos.
INTEROCEÃNICA CERRADA
La vÃa principal de Madre de Dios, la Interoceánica, se halla bloqueada en dos puntos de la segunda etapa: en Inambari y en la zona de Iberia, lo que equivale a 400 kilómetros de vÃa.
En esos puntos, los mineros ilegales han colocado piquetes de varios hombres que impiden el paso de todo vehÃculo, sin importar si trasladan personas, insumos, medicinas o mercancÃas. Esa es la razón por la que Puerto Maldonado y el resto de Madre de Dios se hallan aisladas y desabastecidas desde hace varios dÃas.
En tanto, para el enfrentar la escasez de alimentos, el gobierno regional, con apoyo de entidades privadas, logró que se realicen vuelos humanitarios trasladando vÃveres. Según el titular de la Dirección Regional de Agricultura, Carlos Ortega, llegaron 4.5 toneladas de alimentos diversos desde Lima.
Fuente: La República