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María Corina Machado: un controvertido Premio Nobel de la Paz

La galardonada de este año, María Corina Machado, apoya el uso de la fuerza para derrocar al gobierno de su natal Venezuela.

María Corina Machado: un controvertido Premio Nobel de la Paz

Apurímac, 12 diciembre 2025.- María Corina Machado, lideresa de facto de la oposición venezolana, fue galardonada este año con el Premio Nobel de la Paz por sus intentos de impulsar a un país autoritario hacia la democracia por medios pacíficos, al menos por ahora.

Cuando otros líderes de la oposición huyeron al exilio, ella se quedó para desafiar a un gobierno que encarcela a los opositores, tortura a sus críticos y censura a la prensa. 

Permaneció en la clandestinidad durante más de un año, después de que el presidente Nicolás Maduro declaró su victoria en una votación ampliamente considerada amañada. (Su hija aceptó el miércoles el premio en su nombre; la propia Machado dijo que estaba de camino a Oslo, a pesar de haberse perdido la ceremonia).

Pero el premio concedido a Machado ha sido muy polémico. Ella se lo dedicó al presidente Donald Trump, quien ha desplegado buques de guerra estadounidenses en el Caribe, matando al menos a 87 personas en ataques contra embarcaciones que, según los críticos, equivalen a crímenes de guerra. 

Funcionarios del gobierno de Trump afirman en privado que su objetivo en última instancia es lograr un cambio de régimen en Venezuela. Machado ha expresado su apoyo al uso de la fuerza para derrocar a Maduro.

No es la primera nobel de la paz que genera controversia. Pero este año la reacción ha sido bastante intensa.

El martes, varios manifestantes agitaban carteles en los que se leía “No al Premio de la Paz para los belicistas” frente al Instituto Nobel. Y ayer, el Consejo Noruego de la Paz — un grupo de 19 organizaciones que promueven el desarme y la resolución de conflictos— se negó a celebrar su tradicional procesión de antorchas en honor de la galardonada, alegando que Machado no se ciñe a sus “valores fundamentales”.

El galardón ha suscitado dudas sobre el premio y sus objetivos: si un político que aboga activamente por la intervención militar puede recibir el Premio Nobel de la Paz, ¿para qué sirve el galardón?

Una larga lista de controversias

La relación del Premio Nobel de la Paz con la paz siempre ha sido polémica, y se remonta a sus orígenes, en el testamento de Alfred Nobel, el inventor de la dinamita en el siglo XIX.

Posteriormente, algunos galardonados no han estado a la altura de los ideales del galardón: Aung San Suu Kyi, disidente de Birmania, recibió el premio en 1991. Años más tarde, tras incorporarse en el gobierno, defendió a Birmania de las acusaciones de genocidio contra la minoría rohinyá, lo que provocó llamamientos para que se le retirara el premio.

El presidente Barack Obama recibió el premio a los pocos meses de su primer mandato. Posteriormente presidió una amplia expansión del programa estadounidense de ataques con aviones no tripulados.

En otras ocasiones, la distinción ha recaído en personas implicadas activa o recientemente en actividades militares. En la infamia está la concesión del galardón a Henry Kissinger en 1973, junto con su homólogo norvietnamita, Le Duc Tho, por negociar un alto al fuego en la guerra de Vietnam, tregua que pronto se vino abajo. (El cantante Tom Lehrer dijo que la elección de Kissinger había dejado obsoleta la sátira política).

El galardonado de 2019, el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, recibió el premio por introducir cambios democráticos y resolver un conflicto con la vecina Eritrea. Sin embargo, poco después ordenó operaciones militares y ataques aéreos contra la región etíope de Tigray, y faltó a la rueda de prensa posterior a su discurso de aceptación del Nobel.

En esos casos, el premio recayó en personas implicadas en conflictos militares, pero que buscaban avances hacia la paz. En el caso de Machado, está fomentando la acción militar como medio para alcanzar la democracia.

Democracia y paz

El Premio Nobel de la Paz tiende a ser simbólico: no se refiere tanto a las personas como a lo que representan. En este sentido, el premio a Machado reconoce a miles de activistas y defensores venezolanos, personas que arriesgaron sus vidas por la democracia en un momento en que parece estar amenazada en todo el mundo, dijo Laura Gamboa, especialista en América Latina de la Universidad de Utah.

Y la democracia y la paz pueden ser cosas distintas, pero a menudo se consideran vinculadas, dijo Nina Graeger, directora del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo.

Lo más probable es que Machado siga considerando que aún persigue el mismo objetivo —ayudar a Venezuela a pasar de la dictadura a la democracia— por medios diferentes (sí, militares). En su discurso de aceptación, la hija de Machado dijo que el premio “recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz” y que “si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad”.

Lo que realmente revelan los Premios Nobel de la Paz más controvertidos es que el galardón a menudo se encuentra en terreno espinoso cuando recae en un destinatario que participa activamente en la política, en lugar de estar encarcelado o en el exilio. 

Los políticos que reciben el premio resultan casi siempre polémicos en sus propios países, dijo Graeger; por definición, tienen adversarios. También se dedican a la búsqueda del poder y a la formulación de políticas, lo que a menudo puede conducir a compromisos.

Hay una razón por la que el premio de la paz fue inicialmente tan poco controvertido cuando recayó en Aung San Suu Kyi en 1991. En aquel momento, se encontraba bajo arresto domiciliario. El Comité Nobel tiende a inclinarse por los disidentes. Pero las personas con poder —y las desposeídas de poder que pueden llegar a obtenerlo— son más complicadas.

Fuente: The New York Times 

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