Apurímac, 1 agosto 2025.- Sin sorpresas, el chavismo obtuvo 285 alcaldías en las elecciones municipales de este domingo 27 de julio, frente a las 50 de una oposición dividida entre los partidarios del "boicot total" y quienes abogaban por "disputar cada espacio".
Tras conocerse los resultados oficiales, un Nicolás Maduro eufórico aseguró desde la Plaza Bolívar de Caracas que "hoy se ha consolidado la victoria histórica del bloque popular revolucionario".
La oposición ha perdido casi la mitad de las 121 alcaldías que ganó en 2021, aunque logró retener sus principales bastiones. Los municipios más pudientes del país —Chacao, Baruta, El Hatillo, Los Salias y Lechería— continuarán bajo mandatos opositores.
Según los datos provisionales presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), en la elección han participado 6.273.531 "electores activos", lo que representa un 44% del censo electoral.
Estas elecciones locales cierran el ciclo electoral venezolano iniciado con las presidenciales del 28 de julio de 2024 y continuado con las legislativas y regionales del 25 de mayo de 2025. Un ciclo del que el chavismo sale reforzado tras la reelección presidencial –no exenta de polémica– de Maduro y una holgada mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Ahora se abre un horizonte político despejado —sin nuevos comicios previstos hasta 2029— para un oficialismo que ha anunciado su intención de reformar la Constitución. Todo, bajo la atenta mirada de Donald Trump, quien impuso nuevas sanciones tras regresar a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025.
Un año de máxima tensión política
Venezuela ha amanecido este lunes 28 de julio con nuevos alcaldes. Lo hace justo cuando se cumple un año de los comicios presidenciales que enfrentaron a Nicolás Maduro y a Edmundo González Urrutia.
Tras el fracaso del "gobierno interino" de Guaidó, al que la propia oposición venezolana puso fin en diciembre de 2022, el antichavismo decidió impulsar una Plataforma Unitaria (PU) con la que concurrir a las elecciones presidenciales de 2024.
Durante todo el 2023 se gestó el espacio y se celebraron unas primarias que dieron una victoria aplastante a María Corina Machado, pero su inhabilitación condujo a que el exdiplomático Edmundo González Urrutia asumiera finalmente la candidatura.
Del otro lado, Nicolás Maduro se convirtió en candidato a la reelección del Gran Polo Patriótico, la coalición chavista donde el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es el actor principal.
La jornada del 28J de hace ahora un año se desarrolló en un ambiente de incertidumbre, pero sin graves incidentes. Fue en el recuento donde ambas partes se enzarzaron en una guerra de cifras. De un lado, el chavismo se apoyaba en los datos proporcionados por el Centro Nacional Electoral (CNE), que daban la victoria a Maduro con 51,95% de los votos; del otro, la oposición publicó las actas electorales en su haber y aseguraba que alcanzado Urrutía el 67% de los sufragios.
Las protestas se trasladaron a las calles, donde se reportaron importantes manifestaciones opositoras y detenciones. Pero el chavismo aguantó el envite y en enero juramentó a Maduro para un tercer mandato presidencial con Edmundo González Urrutia asilado en España y María Corina Machado oculta en Venezuela.
Desde entonces, el chavismo ha acelerado el calendario electoral convocando elecciones legislativas y regionales el 25 de mayo, y municipales este 27 de julio. Una jugada que ponía entre la espada y la pared a una oposición dividida que terminó por escindirse.
De un lado, quienes defendían el boicot total –postura de Machado y Urrutía–; de otro quienes apostaban por participar en las elecciones para disputar cada espacio posible –posición de figuras tan representativas como el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski, o el entonces gobernador de Zulia, Manuel Rosales–.
Tanto en las elecciones legislativas como en estas locales han participado sectores representativos de la oposición como Unión y Cambio (Única), la formación apadrinada por Capriles; Un Nuevo Tiempo; Fuerza Vecinal; Alianza del Lápiz; Acción Democrática y otra docena de fuerzas opositoras menores han decidido concurrir.
El resultado fue discreto. Tan solo 32 de los 285 escaños en juego en las legislativas, entorno al 17% de los votos. Uno de los 24 gobiernos regionales, el de Cojedes. Y ahora medio centenar de alcaldías.
Maduro tiende la mano a una oposición fragmentada
El resultado de estas elecciones municipales fue celebrado por Nicolás Maduro en el municipio de El Libertador, en el oeste de Caracas. "Ya hoy, 28 de julio de 2025, podemos decir que hemos obtenido una contundente victoria, histórica para las fuerzas de la Revolución Bolivariana" aseguró.
El PSUV incrementó en más de 70 el número de alcaldías bajo su control, y se impuso en 23 de las 24 capitales estatales. La única excepción fue San Carlos (Cojedes), cuyo municipio quedó en manos de Alexander Mireles, candidato del partido regional Vamos Cojedes.
El mandatario aprovechó la fragmentación opositora para tender la mano a quienes participaron tanto en estas municipales como en las legislativas de mayo. "Doy la bienvenida al trabajo, a la paz, a la democracia y a la convivencia nacional de los 50 candidatos opositores que obtuvieron la victoria. Asimismo, los invitó a respetar el poder comunal, los circuitos comunales y las comunas", concluyó.
El chavismo cierra el ciclo electoral en una posición de fuerza, con Maduro en la presidencia, una holgada mayoría absoluta en el legislativo y un mapa regional y municipal teñido del rojo.
La alargada sombra de EEUU
Las elecciones se han seguido con especial interés en la Casa Blanca. Las siempre complejas relaciones entre Washington y Caracas están atravesadas, fundamentalmente, por dos vectores: migración y petróleo. Donald Trump se debate entre una política de mano dura hacia Caracas, o una política pragmática con Maduro que le permita realizar sus ansiadas deportaciones masivas.
El 18 de julio de 2025, tras semanas de discretas negociaciones entre Washington, Caracas y San Salvador, fueron liberados y devueltos a Venezuela 252 migrantes venezolanos deportados y encarcelados en la megacárcel de El Salvador (CECOT). A cambio, el chavismo excarceló a diez reos estadounidenses y varios presos venezolanos.
Pocos días después, la administración republicana dio un vuelco en su estrategia hacia Caracas y amplió las licencias del gigante petrolero Chevron Corporation, permitiendo a la multinacional estadounidense retomar las operaciones extractivas en Venezuela.
Ambos movimientos están entrelazados y muestran el pragmatismo que, por el momento, domina en ambas cancillerías.
La cuestión migratoria es un eje capital para Trump, quien ha puesto en el punto de mira a los 350.000 venezolanos que se encuentran en Estados Unidos gracias al "Estatus de Protección Temporal", un programa que la anterior administración de Joe Biden había otorgado a los migrantes venezolanos para protegerlos de la deportación y permitirles trabajar legalmente en el país.
Una deportación masiva de este tamaño requiere de la cooperación con el país de origen de los migrantes. Es aquí donde entra en juego la diplomacia soterrada; en lo que llevamos de 2025 el propio gobierno venezolano ha repatriado voluntariamente a 7.000 venezolanos en el marco del “Plan Retorno a la Patria”.
Fuente: Público