El OJO QUE LLORA.

Es una representación pétrea que conmemora el dolor que ocasionó la violencia sociopolítica en nuestra región. Un parque que tiene ubicado en la parte central una roca con forma de ojo, rodeado por pequeñas piedras que llevan inscritas los nombres de las víctimas. La piedra simboliza a las cuevas que fueron testigos mudos del sufrimiento de los pobladores que se refugiaban durante los momentos de terror.

En efecto, la comunidad de Llinque, distrito de Toraya, provincia de Aymaraes - Apurímac, llevó a cabo la ceremonia que recuerda el 9° Aniversario de “EL OJO QUE LLORA DE LLINQUE”, con ese motivo se desarrollaron múltiples actividades en memoria de las víctimas y personas desaparecidas durante el conflicto armado.

Las actividades iniciaron el 4 de julio con encuentros deportivos, danzas, maratón, jinkanas y por la noche la entrada de chamizas acompañado por la tradicional banda de músicos los Puka Llampus de Llinque, los conjuntos de arpa y violín que aperturaron la noche de concursos de canto, música y poesía, así como la presentación de grupos musicales de renombre.

El lunes 04 de julio Día Central, desde muy temprano los pobladores se instalaron en la plaza principal con sus mejores productos agropecuarios, comidas típicas y bebidas como la chicha de jora, manjares, artesanías y otros productos en exposición y venta al público como parte de la 9° Feria Agropecuaria, Gastronómica y Artesanal Llinque - 2016. La actividad protocolar inició con el paseo de la Bandera, Izamiento del Pabellón Nacional y la entonación del Himno Patrio. Walter Barrientos, presidente de la comunidad dio la bienvenida a los presentes.

Luego todos los asistentes se trasladaron al pie de EL OJO QUE LLORA, donde un comunero con emotiva y voz entrecortada entre lágrimas narró el sufrimiento que su pueblo pasó. En tanto el Alcalde de Toraya Modesto Avendaño, remarcó que es necesario priorizar obras para los pueblos afectados como Llinque.

Por su lado, Guillermo Quispe Aymituma, presidente del Consejo Regional del Gobierno Regional de Apurímac, acompañado por los consejeros Evelin Cavero y Everaldo Ramos, colocaron una ofrenda floral y expresaron su reconocimiento a este pueblo sufrido, comprometiéndose a trabajar para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Finalmente dos niños declamaron poesías muy expresivas que estremecieron en el sentimiento de los presentes. En silencio caían lágrimas.

En la ceremonia estuvieron presentes también Gustavo Carrillo representante de la Municipalidad de Aymaraes, el equipo de APRODHE, encabezados por Roció Barbarán, Guisela Ortiz familiar del caso la Cantuta, autoridades comunales de pueblos vecinos y la población en su conjunto, quienes recordaban a sus seres queridos, víctimas de la violencia. Este acto nos deja la lección de que, nunca debemos olvidar la época oscura del Perú “Para que nunca se repita”.