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Alcalde de Aymaraes: “si no detenemos la violencia, nos convertiremos en el ‘Pataz apurimeño’”

Gustavo Carrillo Segovia pidió la expulsión de los mineros informales de Apu Pisti que amenazan con contaminar las fuentes hídricas en la cabecera de cuenca y laguna Choyocca, Demandó a las autoridades nacionales se declare en emergencia la zona y acelere la creación del Área de Conservación Regional (ACR Apu Pisti)

Alcalde de Aymaraes: “si no detenemos la violencia, nos convertiremos en el ‘Pataz apurimeño’”

Apurímac 27/06/2025.- El 19 de mayo, después de una ardua jornada de trabajo en la chacra, Ernesto Navarro, poblador del fundo de Choyocca, se preparaba para descansar cuando escuchó acercarse hacía el poblado un vehículo procedente del Apu Pisti, ubicado en Chalhuanca, provincia de Aymaraes, en Apurímac. Cinco desconocidos con los rostros cubiertos, sin expresar una sola palabra bajaron de la camioneta y con las armas de fuego que portaban comenzaron a disparar al aire indiscriminadamente.

Don Ernesto sobresaltado por el sonido de los disparos salió de su vivienda para ver qué sucedía. Casi de inmediato fue rodeado por los desconocidos que le exigieron con insultos y amenazas entregue la llave para abrir la tranquera y así continuar con su viaje hacia Chalhuanca. Ernesto dijo que no tenía la llave. No le creyeron. Lo golpearon brutalmente. 

Enfurecido por la respuesta, uno de los sujetos no dudó en golpear la cabeza del veterano agricultor con la cacha del arma que portaba ocasionándole una herida que lo dejó inconsciente y tendido en el piso. 

Los otros desconocidos seguían tratando de romper el candado sin lograr su propósito, retirándose del lugar en medio de la noche. A tientas y superando el dolor producto de la golpiza, don Ernesto, alcanzó una zona donde entraba señal de celular. Llamó a sus familiares para avisarles del terrible momento que enfrentó.

Días después del ataque, autoridades municipales, funcionarios y pobladores rechazaron la agresión contra don Ernesto durante el desarrollo de una reunión de emergencia multisectorial donde se abordó, entre otros puntos, la peligrosa tenencia cada vez en mayor número de armas de fuego.

El incidente en Choyocca ocurrió porque los mineros informales necesitan sacar el mineral acumulado en la ladera del Apu Pisti hacia las plantas procesadoras de Nasca. 

Salir por ese lugar es la ruta más corta y así se evitan el paso por la comunidad de Antilla (en el distrito de Sabaino) que les toma más horas de viaje, pero, además, tienen que pagar a la mencionada comunidad entre 300 a 350 soles por cada volquete que hace uso de su vía, estimándose que diariamente circulan (menos domingos) entre 20 a 30 volquetes, pero este número puede aumentar dependiendo de la cantidad de mineral acumulado.

FOCO DE CONFLICTOS 
 
En los últimos años, el Apu Pisti -un macizo rocoso que hace poco perdió toda su capa glacial- se ha convertido en un foco de conflicto social y constantes enfrentamientos entre mineros informales y pobladores que rechazan la actividad minera y defienden la preservación de sus fuentes de agua como son los bofedales y la laguna de Choyocca. 

En la zona se han identificado 20 Reinfo entre vigentes y suspendidos. Se estima que laboran alrededor de 350 mineros informales, pero están divididos por el control de los socavones, así como la distribución de las ganancias que ha provocado incluso disputas entre familiares que dejaron las chacras para volcarse hacia la actividad minera como una forma de mejorar sus condiciones de vida.     

En septiembre del 2023, por exigencia de pobladores y autoridades locales, funcionarios de varias entidades, entre ellas, técnicos de la Dirección General de Formalización Minera (DGFM) del MINEM llegaron a la zona para evaluar el estado de los Reinfo y encontrar una salida a la problemática existente, sin embargo, pese al tiempo transcurrido, hasta el momento se desconocen las conclusiones de la inspección técnica realizada. 

CHALHUANCA: ¿"LA PATAZ APURIMEÑA"?

Para el alcalde provincial de Aymaraes, Gustavo Carrillo Segovia, no queda otra salida que desalojar a todos los mineros informales y declararse en emergencia el Apu Pisti. 

Sumándose al clamor de los pobladores de Chalhuanca, demandó que no puede seguir permitiéndose que hechos de violencia como lo ocurrido en Choyocca, continúen a vista y paciencia de las autoridades. “Se tiene que detener la violencia. No podemos permitir que Chalhuanca y otros poblados se conviertan en la Pataz apurimeña”, enfatizó.

La comparación no es exagerada. No, al menos, respecto a cómo empezó la violencia en Pataz. Carrillo Segovia, recordó que ya hubo otros enfrentamientos entre mineros informales que dejaron muertos y que nunca fueron investigados. La quema de maquinarías, así como la destrucción de campamentos son una constante en Apu Pisti que la han convertido en “tierra de nadie” y ese es el principal temor que advierte la autoridad municipal de continuar los mineros informales en la zona.   

Los operativos que realiza la Policía Nacional con el Ministerio Público son un completo fracaso porque nunca encuentran a los mineros, solo se topan con socavones vacíos, material explosivo abandonado y algunas maquinarias inoperativas por el constante uso. 

ÁREA DE PROTECCIÓN 

Flavio Pimentel, vicepresidente de la comunidad de Pillccuara, pidió a las autoridades e instituciones ambientales implementen medidas inmediatas que garanticen la protección de las fuentes de agua. 

“Si no tomamos previsiones ahora, la laguna de Choyocca y los bofedales que están en la cabecera de cuenca serán contaminados por la actividad minera, dejando sin provisión de agua potable a las futuras generaciones e impactará negativamente en la actividad agropecuaria de Chalhuanca”, advirtió. 

En tanto, la autoridad edil, propuso la creación de una zona de protección tanto de las fuentes hídricas, así como de la biodiversidad existente en la zona mediante la creación de un Área de Conservación Regional (ACR). 

Recordó que desde el 2005 se promulgaron normas municipales con el propósito de proteger el Apu Pisti, sin embargo, las autoridades de turno no le dieron la importancia en ese momento, dejando el camino despejado a la informalidad e indiferencia. (P.P.D) 

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