Durante intervención establecimiento no contaba con licencia de funcionamiento y no reúne las condiciones sanitarias. Local fue clausurado y productos fueron destruidos por atentar contra salud de consumidores.
Alerta preventiva fue filtrada desde la misma sede policial y difundida por redes sociales provocando especulaciones de todo tipo. Histeria colectiva estalló en toda la ciudad por presunta presencia de banda dedicada al tráfico de órganos.
En este distrito se registra un largo conflicto socio ambiental por presencia de empresa minera.