(Miércoles 24/02/2021).- Contrariamente a lo afirmado días atrás por el mismo gobernador Baltazar Lantarón que se tenía planeado adquirir un nuevo terreno y proyectaba levantar el nuevo hospital de Abancay en una distinta localización, ahora resulta que no habrá ninguna compra, se reformulará el perfil técnico en el área donde funciona actualmente el primer nosocomio regional.
A este acuerdo se arribó en la última reunión sostenida entre el gobernador, funcionarios del sector Salud, el cuerpo médico y trabajadores del Hospital Guillermo Diaz de la Vega de Abancay que tuvo lugar la tarde de este último martes en la sede del gobierno regional.
Sobre esto el gobernador regional no ha dicho una sola palabra, ni tampoco sus principales colaboradores.
Pero lo que si queda claro es que a dos años de su gestión, Lantarón recién se da cuenta que el perfil técnico del nuevo hospital y que fue la base para que sea declarado como proyecto viable por el MEF estaba desactualizado y requería reformularse. ¿Por qué dejó pasar todo este tiempo? Eso solo lo sabe el mismo gobernador.
Para tomar nota. A fines del 2019, el gobierno regional ya daba a conocer sobre la viabilidad técnica de tres propuestas presentadas de un terreno de 5 hectáreas para el futuro hospital y cuyo valor de compra bordeaba los 50 millones de soles. Luego se conocería de una cuarta propuesta, un terreno de propiedad de Cáritas Perú, situado en la parte baja de la ciudad.
Es más, el mismo exdirector del nosocomio, Arnold Pedraza, ya había puesto fecha para la compra de la nueva propiedad y a más tardar en enero del 2020 se arrancaba con el expediente técnico definitivo a fin de terminarse la obra en el 2025, pero fue una entusiasta declaración más.
Aqui viene lo extraño. Si bien las gestiones para la compra ya estaban bastantes avanzadas, porqué meses después, Baltazar Lantarón afirmaba que no "tenía ningún interés personal en comprar un nuevo terreno" "y que de eso se encargen los del Minsa" ¿Acaso los del Pronis desestimaron sus propuestas?
Movidas "caletas"
El 15 de febrero del 2021, o sea hace unos días nomás, una carta cursada por el Pronis respondiendo a un participante sobre un requerimiento de evaluación de ratificación de oferta, ha dejado en evidencia que Lantarón nunca se desentendió de este asunto, por el contrario, siempre estuvo al tanto de todo el proceso que se manejó bajo siete llaves hasta hoy.
En la citada carta, el funcionario del Pronis, Hernán Yaipén Aréstegui, le responde a este participante:
"...a la fecha el Pronis no cuenta con convenio interinstitucional con el GORE Apurímac, para dar inicio a la fase de ejecución del citado proyecto; y en lo que concierne a la adquisición de un nuevo terreno que implique cambio de localización al que fuese declarado viable, debe ser canalizado por la Dirección Regional de Salud de Apurímac a fin de evaluar la pertinencia del terreno propuesto, en cuanto a saneamiento, habilitación urbana y facilidad de servicios de agua y luz", precisa el documento oficial.
El funcionario del Pronis hace alusión a la Diresa Apurímac, por lo tanto, concierne directamente a su director Julio César Rosario Gonzalez -de quien como ya se sabe- las decisiones las toma con el mismo Baltazar Lantarón.
Pero surge una interrogante más ¿Acaso significa que ya tenían un terreno secretamente seleccionado y solo faltaba concretarse el trámite de compra y venta, habiéndose desestimado la propuesta del participante aludido líneas arriba?
De otro lado, en la reunión de ayer, el congresista Omar Merino dio a conocer que en las próximas horas una comitiva del Pronis arribará a la ciudad de Abancay para volver a tener una reunión de trabajo con el fin de "afinar" detalles sobre el asesoramiento que prestarán para la reformulación del perfil técnico de nuevo hospital de Abancay, categoría III-1.
A manera de colofón. En los próximos cinco meses Francisco Sagastí pasará la posta al nuevo mandatario del país y para esa fecha, por lo menos (ojalá) se haya avanzado el 20 % del perfil reformulado del nuevo hospital de Abancay. Solo queda cruzar los dedos. (Por: Paul Pilco Dorregaray)
