Apurímac.- Una treintena de líderes europeos se han dado cita este jueves en la capital francesa. Es la tercera reunión de la bautizada coalición de los voluntarios, una plataforma formada por representantes de la UE, la OTAN, Canadá o Turquía que tiene por objetivo establecer la estrategia de los aliados de Ucrania en medio de unas negociaciones para la paz lideradas por Estados Unidos y Rusia. 

Francia y Reino Unido continúan fracasando en sus esfuerzos para establecer una misión de paz, mientras que Europa responde con firmeza a una de las precondiciones de Vladimir Putin: rebajar las sanciones.

Las medidas restrictivas que Europa impone a Rusia desde el estallido de la guerra han sido el elefante en la habitación de la cita. En las conversaciones entre la delegación norteamericana y la rusa que han tenido lugar recientemente en Arabia Saudí para encauzar el alto el fuego temporal en el Mar Negro, Vladimir Putin pide que la UE retire o suavice los 16 paquetes de sanciones. El bloque, que continúa buscando un sillón en la mesa de negociación, responde ya con un firme no.

En la última cumbre europea, Volodimir Zelenski pidió a los líderes europeos que no rebajasen la presión sobre Rusia. "Las sanciones deben permanecer en vigor hasta que Rusia comience su retirada de nuestra tierra y nos recompense por los daños causados por su agresión", afirmó el presidente ucraniano.

Los líderes europeos recogen este testigo y desde Francia han pedido no solo mantener las medidas punitivas, sino aumentarlas. "Levantarlas sería un grave error. No tiene sentido concluirlas hasta que no haya paz", ha afirmado el canciller alemán Olaf Scholz. "El mejor camino para apoyar a Ucrania es permanecer consistentes en nuestro objetivo de alcanzar una paz justa y duradera. Y eso se traduce en mantener la presión sobre Rusia a través de las sanciones", ha sentenciado António Costa, presidente del Consejo Europeo".

Desde la capital comunitaria, fuentes europeas aseguran que el fin del régimen de sanciones solo llegará cuando Rusia ponga fin a su agresión y todos sus militares se "retiren de forma incondicional" de todo el territorio vecino. Con las negociaciones bilaterales sobre la tregua temporal en Bruselas se impone un clima de desconfianza: "Hay que juzgar a Putin por sus acciones y no por sus palabras", se escucha con frecuencia. 

Emmanuel Macron ha reprochado al final del encuentro que Rusia no haya respondido todavía a la oferta, mientras ha aplaudido la "valentía" de Ucrania al aceptarla. La teoría de Kiev es que el presidente ruso quiere ganar tiempo, pero no quiere la paz.

La idea de enviar una misión europea de paz lleva meses sobrevolando. Sin embargo, en los países del Viejo Continente hay muchas diferencias sobre ello. En rueda de prensa desde el Elíseo, el propio Macron lo ha reconocido: "No hay unanimidad". Pero sí ha comenzado a desgranar cómo será lo que ahora ha bautizado como "fuerza reaseguradora".

Esta propuesta franco-británica pretende salir adelante con aquellos países voluntarios que deseen participar. Algunos como Croacia o Italia han dejado claro que no formarán parte. El escenario preferido es que se lleve a cabo con el respaldo y protección de Estados Unidos, pero se trabaja en "un segundo plan" para operar sin Washington. Macron ya no hace referencia a una misión de paz, sino a unas "fuerzas reaseguradoras" que tendrán el objetivo de disuadir a Rusia una vez que se alcance la paz.

Los soldados estarían desplegados en "zonas estratégicas de Ucrania", pero no a lo largo de toda la primera línea del frente y en ningún caso sería "una fuerza de mantenimiento de la paz" o que "reemplace al Ejército ucraniano", ha matizado el inquilino del Elíseo. Estonia y Alemania sí apoyan la idea de hablar de una posible presencia de tropas europeas de paz en el futuro.

El plan cocinado por el británico Keir Starmer y el francés Emmanuel Macron ha sido criticado recientemente por Steve Witkoff, enviado especial de Donald Trump para Oriente Próximo, que lo ha calificado como "simplista", acusando al primer ministro laborista de querer y no poder ser un nuevo Churchill.

La reunión en París —a la que no ha acudido ningún representante del Gobierno de Estados Unidos ni Hungría, aunque sí la mayoría de la UE, Reino Unido, Canadá o Turquía— se produce el mismo día en el que la Administración norteamericana ha amenazado con nuevos aranceles a todos los coches no fabricados en su país, una medida que afectará con fuerza en la UE. 

Y se produce también pocas jornadas después de las filtraciones de una conversación entre altos cargos estadounidenses, incluido el vicepresidente, J.D. Vance, en la que se dejaba constancia de la aversión de la Casa Blanca a Europa con mensajes como "Europa es disfuncional", "es patética", "está muriendo" y "odio tener que rescatar a Europa".

Fuente: Público