(Lunes 10/01/2022).- El ex secretario general del Despacho Presidencial, Bruno Pacheco Castillo, pudo pagar todas las deudas que tenía en tan solo un mes luego de haber entrado a trabajar a Palacio de Gobierno durante el periodo del presidente Pedro Castillo. Antes de laborar en el Ejecutivo, sus cuentas estaban en rojo, según reveló Canal N.
El medio dio a conocer que, hasta antes de agosto del 2021, Pacheco estaba atrasado en sus deudas: no había podido pagar sus préstamos ni el recibo del teléfono. Por ello, figuraba como cliente de alto riesgo y en pérdida, con las peores calificaciones en el sistema crediticio del país, según las centrales de riesgo.
Además, a la Derrama Magisterial le debía S/ 15.298 y estaba atrasado desde el 2017, por lo que la entidad decidió cobrarle la deuda directamente de sus haberes de profesor. Por esa razón, entre enero y julio de 2021, el ex secretario de Palacio recibió solo 900 soles al mes en una cuenta del Banco de la Nación.
Todo cambió cuando, a fines de julio de 2021, fue contratado como secretario general de Palacio de Gobierno. Canal N reporta que, para el mes de setiembre del año pasado, las deudas que tenía Pacheco habían desaparecido. Y en las centrales de riesgo había pasado a tener un estatus de normalidad.
“En la Fiscalía se preguntan: ¿cómo hizo para pagar todas sus deudas de un plumazo si su sueldo de secretario general permaneció intacto hasta que salió del cargo?, ¿de dónde salió el dinero si antes solo ganaba 900 soles al mes?”, mencionaron en el canal televisivo.
Investigaciones de Bruno Pacheco
Actualmente, Bruno Pacheco está siendo investigado por la presunta injerencia del Ejecutivo en los procesos de ascenso dentro de las Fuerzas Armadas, por la adjudicación de la obra Puente Tarata en San Martín, y por la presión que él habría ejercido sobre el jefe de la Sunat, Luis Enrique Vera.
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En una de las diligencias de esta última investigación, el Ministerio Público encontró 20.000 dólares en el cuarto de baño de la ex oficina de Bruno Pacheco, dentro de Palacio.
Fuente: La República
