Hace alrededor de ocho años, un grupo de científicos encontró un virus 96 % parecido al coronavirus SARS-CoV-2, enfermedad que causa la COVID-19, así se evidenció a través de una investigación.

El virus fue hallado en una mina de cobre abandonada e infestada de murciélagos en Mojiang, al oeste de China, en donde la enfermedad mató tres hombres e infectó a otros tres.

En el año 2012, los científicos tomaron muestras de las heces de los murciélagos para almacenarlas y estudiarlas en un laboratorio durante años, a 1.600 kilómetros de Wuhan y con el nombre de RaBtCov/4991, familiarizado con el SARV-CoV-2, según el estudio del Sunday Times.

El experto británico de enfermedad animales, el doctor Peter Daszak, dijo al medio antes mencionado que el nuevo coronavirus “no surgió en el mercado, apareció en otro lugar”. También destacó que la COVID-19 se había extendió primero en una zona rural de Mojiang y luego estalló en Wuhan.

“Una suposición justa es que se derramó en animales en el sur de China y luego se envió a través de personas infectadas o animales asociados con el comercio a Wuhan”, advirtió.

El virus RaBtCoV/4991 parece haber causado una enfermedad que suena extremadamente similar a la COVID-19, y tiene un código genético del 96,2 % que coincide con él.

Cabe precisar que los tres hombres que fallecieron en el año 2012 fueron enviados a las cuevas de los murciélagos para limpiar sus haces. Luego de ello, fueron trasladados a un hospital e internados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), sin embargo, no se sabe cómo se infectaron estas personas, pero, todos tenían síntomas como fiebre alta y dolores corporales. Cinco de ellos lucharon por respirar.

Fuente: AFP